El retorno del capitalismo luego de la crisis financiera
Karl Marx vio el fin del capitalismo en
cada depresión económica del siglo diecinueve, debido a sus
“contradicciones internas”, que conducirían a la era del socialismo y el
comunismo. Tristemente para Marx, la realidad lo contradijo, pues luego
de finalizadas cada una de estas depresiones, el capitalismo resurgía
más fuerte.
Algo similar ha ocurrido con las últimas
crisis financieras mundiales. La crisis asiática inspiró el libro “La
Crisis del Capitalismo Global” (The Crisis of Global Capitalism) cuyo
autor es el eminente hombre de finanzas George Soros, aunque
eventualmente se retractó de su pronóstico que decía que aquella sería
la gran crisis del capitalismo. El colapso de Lehman Brothers, la
crisis financiera resultante, y la Gran Recesión han creado un fuerte
mercado para los profetas del colapso del capitalismo. El periódico
inglés The Guardian, escribió un artículo llamado “No es la Muerte del
Capitalismo, sino el nacimiento de un nuevo orden. El modelo del libre
mercado ha sido desprestigiado y ahora sus campeones están en pánico
ante lo que pueda surgir en su lugar”.
En el 2009, el Financial Times comisionó
una serie de artículos con muchos puntos de vista, la mayoría
pesimistas, sobre el futuro del capitalismo ante el inicio de la crisis
financiera. Kevin Murphy y yo escribimos los artículos más optimistas de
la serie, demasiado optimista para sus críticos, con el título “No
dejen que ‘la cura’ destruya el capitalismo” (“Don’t let the ‘cure’
destroy capitalism”) Dijimos, entre otras cosas, “…diseñar reformas que
ayuden a disminuir la probabilidad de severas contracciones en el
futuro, los logros del capitalismo deberían ser reconocidos. Por
consiguiente, los gobiernos no deberían obstaculizar a los mercados de
tal manera que puedan ofrecer un crecimiento rápido a las economías
pobres de África, Asia y de cualquier lugar haya tenido poca
participación en la economía global”. Y “La Gran Depresión indujo una
retirada masiva del capitalismo y una migración masiva al socialismo y
comunismo que continuó hasta los 60. También fomentó la idea de que el
futuro se encontraba en una economía administrada por el estado, no en
el libre mercado. El resultado fue un desarrollo generalmente lento en
el mundo no desarrollado, incluyendo China, los países del bloque
soviético, India y África “.
Haciendo un balance de lo sucedido ahora
que la crisis ha terminado y la recuperación está en camino, se ha
hecho claro, tras una considerable incertidumbre, que el capitalismo ha
ganado, y que aquellos que urgen cambios radicales en el mundo han sido
derrotados. Sin duda, las regulaciones bancarias se han incrementado por
medio de mayores requerimientos de capital, escrutinio de prácticas de
pago, y en otras formas expuestas en la ley Dodd-Frank y otras leyes en
Europa y en otros sitios. Pero los mayores bancos de inversión como
Goldman Sachs, J.P. Morgan, y otros todavía son grandes, lucrativos, y
muy activos, y compañías casi gubernamentales como Fannie Mae y Freddie
Mac podrían verse obligadas a reducir sus extensas e imprudentes
actividades.
Fuera de los sectores financieros de
Estados Unidos y Europa, el capitalismo es más prominente que nunca.
Muchos países están reduciendo la escala de las empresas estatales y se
expande el alcance del sector privado. Por primera vez en 70 años,
México ha abierto el sector energético a la participación de compañías
privadas. Los nuevos líderes de China han expresado su insatisfacción
con el desempeño de las empresas estatales y han hecho un llamado para
una mayor participación de la empresa privada en muchos sectores,
incluyendo el mercado financiero.
El gobierno de la antiguamente
socialista y muy pobre nación de Ruanda ha animado a las compañías
privadas en la limitada y aislada del mar economía de Ruanda. India está
tratando de reducir sus numerosas regulaciones de su mercado laboral y
otros ámbitos para alentar la participación extranjera y que sus propias
empresas privadas expandan sus actividades. Al otro lado de la balanza,
naciones como Venezuela, que han llevado a cabo una guerra contra el
sector privado, han visto un aumento en la pobreza y el estancamiento de
su economía.
La razón detrás de estas actividades
pro-capitalistas es que más y más países se han dado cuenta de que, a
pesar de sus muchas fallas, el capitalismo es el único sistema ideado
hasta ahora que lleva a las masas una esperanza de levantarse de la
pobreza y crear una robusta clase media. La mayoría de la gente se da
cuenta de esto y han prevenido a los líderes políticos utilizar la
reacción contra el capitalismo, que ha venido con la crisis financiera,
para transformar radicalmente un sistema que ha traído mucha riqueza y
salud a los pueblos del mundo.
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