Angustia
A veces soy tan lejos, lejos de todo ésto. A nada me acomodo, en nada me recuesto: Las palmas, los coquíes son sonido, paisaje... Yo siempre estoy ausente, yo siempre estoy de viaje. En vano es que mi alma se incendie con afanes y se prenda a los ojos potentes flamboyanes, ni que por los caminos se me fugue el anhelo... para topar de pronto la montaña y el cielo. ...Y el andrajo de pajas del pobre caserío, y el andrajo de gente y el escuálido río, y los pueblos cuadrados con la iglesia en el centro y el cementerio junto: Estanques muertos dentro del perenne bullir y saltar de las olas, perenne ante mi alma impaciente y a solas. Por doquiera que voy, por doquiera que vaya, en el vaho soporoso de mestizo y quincalla... La misma semimuerta vida del pueblo atado por el mar implacable, de costado a costado... ...(Y el hombre de la esquina, ojitorvo y moreno, que no mira a mis ojos y que mira a mi seno, que masculla entre dientes una frase lasciva cuando paso a su lado desdeñosa y altiva...)...